Familias lectoras.

Con esta Colección “Familias Lectoras”, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía quiere ofrecer a la comunidad educativa algunas hfamilias lectoraserramientas que faciliten la cooperación entre las familias y la escuela en la tarea común de desarrollar el hábito lector, y, por tanto, mejorar la competencia en comunicación lingüística de nuestros niños, niñas y jóvenes.

Así el primer cuaderno pone de manifiesto que “el entorno familiar y social donde crecen los niños, donde afianzan sus gustos y pensamientos, incide de modo sobresaliente, también en el campo de la lectura, en sus logros y en sus deficiencias”.
En el segundo cuaderno se marcan unas pautas a propósito de la lectura: “nuestro objetivo prioritario debe ser convertir el libro en un objeto cotidiano con el que el niño conviva a diario y que asuma como parte de su existencia”.
En el siguiente título se indica que “probablemente quien como padre o madre quiere saber algo más sobre “Leer en la adolescencia” lo que espera es un puñado de títulos que puedan estimular, desarrollar la afición de sus adolescentes a la lectura”. Por eso la autora presenta unas líneas de lecturas que pueden ser de gran utilidad a la hora de adquirir un libro, sea en el formato que sea.
La nuevas alfabetizaciones y su desmitificación se tratan en el cuaderno cuarto. “Efectivamente hay peligros en la red y no hemos de desdeñarlos, pero son tantas las posibilidades que quizás sería mejor adentrarnos de la mano de nuestros hijos y ellos de la nuestra en ese mundo imaginario que divierte y enseña”. Así, la autora nos dirige a unos enlaces informativos muy interesantes.
Si pasamos al cuaderno quinto, entramos en la socialización de la lectura: “Cuando dos o más personas -Club de lectores comparten y disfrutan bellos textos, se crean vínculos y se construye sentido”.

No puede faltar la biblioteca escolar –cuaderno número seis– “que se posiciona hoy como entorno de encuentro entre la cultura digital y la cultura impresa, en un lugar vivo de experiencias lectoras y aprendizaje”.
En el cuaderno número siete se destaca que “la literatura infantil y juvenil, además de hacernos disfrutar, de emocionarnos, de conmovernos, de arrancarnos carcajadas, ayuda a enfrentarse con situaciones nuevas y favorece la empatía”.
Llegamos a la comprensión lectora en el cuaderno número ocho. A las “10 excusas para no leer” y al “decálogo de cómo odiar leer”, se responde con “ahora sí, pautas para leer”, de extraordinaria ayuda.
¡Y los temidos videojuegos! Están también presentes en esta colección -número nueve– y se nos comenta que “el uso de videojuegos educativos en las aulas, y como refuerzo educativo en las casas, permite mejorar la motivación del alumnado y la cantidad
de tiempo que dedica a aprender”
En el último cuaderno, en relación con las TIC, el autor nos dice “tenemos que acompañar a nuestros hijos e hijas en el proceso de inmersión en la lectura y en las TIC, que permiten trabajar un aspecto de la comunicación olvidado frecuentemente: la oralidad”.
Colección Familias lectoras

Junta de Andalucía. Consejería de Educación

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