Cuento: «Ana y Daniel comparten»

Os adjuntamos este enlace para que podáis descargar gratuitamente un cuento de Araceli Vega, donde nos habla de educar en igualdad. Esperamos que sea de vuetro interés:

Hola! Os dejo el enlace donde podeis DESCARGAR EL CUENTO «ANA Y DANIEL COMPARTEN» que escribí para el Ayuntamiento de Alcalá de Henares para una campaña para prevenir la violencia de género en los niños mediante el desarrollo de valores. Hay cuadernos de actividades para Infantil y Primaria. Espero que sea de utilidad. ES DE DESCARGA GRATUITA http://www.aracelivega.com/libros.php

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3 Ideas para Coeducar en el aula

Os adjuntamos a continuación un artículo  de Alba Alonso que nos ha parecido de interés para dar ideas acerca de la Coeducación desde el ámbito escolar.

Coeducar en el aula de infantil y primaria

Coeducar es algo que tiene que estar dentro de ese currículo oculto que tenemos que transmitir a nuestro alumnado. Comenzando por analizar nuestras propias acciones como adultos fuera del aula, como profesorado dentro de la misma, los materiales que usamos, las metodologías que llevamos a cabo, el lenguaje… Todo ha de ser no sexista y por supuestocoeducar-en-el-aula-coeducacio?n-estereotipos, inclusivo.

En primera instancia todos diríamos que educamos en igualdad desde siempre pero el hábito y el descuido hacen que metamos la pata o estemos fallando en la coeducación muchas más veces de las que nos pensamos. En esta entrada no vamos a hablar de cómo coeducar en general sino que hoy queremos proporcionaros 3 ideas prácticas para coeducar en el aula de lo más sencillas.

A partir de estas 3 sencillas ideas estamos seguras de que se os ocurrirán muchas más. Pero no queremos aturullaros con demasiadas, sino dejaros espacio para que potenciéis vuestra propia creatividad y la de vuestro alumnado. Estas ideas pueden ser llevadas a cabo en prácticamente cualquier asignatura haciendo uso de las temáticas correspondientes. La primera de ellas me la recordaba una colega el otro día en el propio trabajo.

Enseñar autonomía a nuestra infancia también es co-educar

¿Participa tu alumnado en las tareas del hogar? ¿O quedan todas para mamá en muchos casos, o para mamá y papá en otros?¿Ayuda solo la hija o también el hijo?¿Ayudan de igual manera? ¿o niñas y niños realizan tareas distintas además de estereotipadas según su sexo?

Estas son algunas de las preguntas que a través de un simple debate, diálogo o “asamblea” pueden darnos gran cantidad de información sobre lo que está pasando en los hogares. A partir de ahí y adaptándonos a las edades a trabajar podremos realizar sencillas actividades que les proporciones autonomía. Aquí van 3 ejemplos para coeducar en el aula.

1. Aprender a doblar la ropa

Esto es algo que todavía nos cuesta a muchos adultos. Tal vez por eso transmitamos esta actividad como algo tedioso y cansino. Pero ¿y si logramos hacerlo divertido? Os dejo un pequeño vídeo para invitaros a llevarla a cabo en clase.

 

https://youtu.be/5zUcAi4q5eg

Pensad que si es en inglés podemos practicar los verbos  y vocabulario de la ropa. En matemáticas podemos hablar de cantidades o proporciones. En ciencias podemos hablar sobre el origen de los diferentes tejidos. Y así sucesivamente…

2. Rutinas de limpieza

A veces enseñar rutinas a nuestros/as hijos/as o alumnado es francamente cansino. Porque acabas antes haciendo las cosas tú que enseñando a hacerlas. Pero la autonomía que van adquiriendo les ayudará mucho en su futuro, y créeme a los adultos también. Y si les proporcionamos una pequeña mesa de limpieza en el aula. Allí podrán encontrar papel de cocina, paños para secar, bayetas y un pequeño recipiente donde echar agua.

No pretendemos que les quiten el puesto al personal de limpieza pero sí que se vayan concienciando de lo que cuesta limpiar. Una vez por semana podríamos incluso tener encargados de barrer o vacíar las papeleras en los contenedores adecuados.

3. Ayudar en la cocina

Desde que salió el programa MasterChef niños y niñas han tenido más carta blanca que nunca para cocinar. En nuestras aulas no tenemos fogones claro, pero sí podemos aprender a batir un huevo, hacer masa, mezclar ingredientes… Y todos sabemos que de la cocina y las recetas podemos sacar mil y una actividades para incluir en nuestras asignaturas y proyectos educativos.

La siguiente actividad os encantará porque además estaremos enseñando diversidad. Abajo los estereotipos de todas clases. Y luego a batir el huevo, claro, ;).

Fuente: Alba Alonso (Realkiddys)

Cómo contar un cuento.

Os adjuntamos este artículo de Ana Batres, destinado a la lectura adecuada de cuentos, que puede resultar de interés:

Los cuentos infantiles son una herramienta de suma relevancia para el desarrollo de nuestros peques. Al ser tan importantes, una buena lectura de los mismos ayudará a mejorar este desarrollo. Para ello, os voy a mostrar, desde mi punto de vista, la mejor manera de contar un cuento.
En primer lugar,  cuando vayamos a contar un cuento infantil se debe crear un ambiente idóneo. Debe ser cómodo, tranquilo y suficientemente iluminado. Admariposa-papelemás, es importante tratar a este lugar como un sitio mágico, darle importancia para que nuestros pequeños y pequeñas aprendan que tener un lugar de lectura es algo especial. Así, se le dará también importancia al gusto por la lectura. Un rinconcito de su habitación será suficiente.

También hay que pensar en el tipo de cuento infantil que vamos a leer a nuestros hij@s y/o alumn@s. ¿Para qué edad son? ¿Qué mensaje queremos transmitir? ¿Les van a relajar o a activar? Son distintas cuestiones que debemos tener en cuenta. También debemos dejar elegir a los pequeñines el cuento que quieren que se lea en ese momento, a no ser que queramos trabajar algún tema específico.

Antes de empezar con la lectura del libro es aconsejable hacer distintas actividades que funcionarán como el “precalentamiento” de la historia, sobre todo si es la primera vez que se leen. Por ejemplo, se puede leer el título e imaginar de qué puede ir el relato, mirar la portada y decir lo que nos gusta de ella, se lee también quién lo ha escrito e ilustrado para que vea que también es relevante saberlo.

Después de estas actividades, una buena idea para crear una atmósfera de confianza y relajación es jugar con el cuento antes de comenzar a leerlo. También, sirve para crear expectación, para que los niños y las niñas tengan ganas de empezar con la lectura. Si hacemos estas actividades como rutina, proporcionaremos a los más peques seguridad para seguir las pautas de las actividades y juegos. Un ejemplo de estas actividades es cantar una canción que indique que el cuento va a comenzar y que hay que estar muy atentos y atentas para entender la historia (existen numerosos ejemplos en la red).
    Cuando procedemos a la propia lectura, leemos el cuento poniendo énfasis en los momentos clave, es importante modular la voz para crear distintos ambientes, incluso para crear y dar personalidad a los diversos personajes que nos encontremos en los relatos, acelerar o moderar el ritmo de lectura para crear expectación y favorecer la atención de las niñas y niños.

Además de esto, es fundamental que nos fijemos en los gestos y caras de los pequeños y pequeñas, ver cómo reaccionan y observar si les está gustando o no el cuento y la forma en que lo estamos contando. Si tienen cara de aburrimiento o cansancio debemos preguntar si quieren parar para leer otro libro que les apetezca más o parar del todo. Es posible que much@s se relajen tanto que se duerman, sobre todo si se leen cuentos que tranquilicen con voz moderada. Quizás en otras ocasiones, se animen con la lectura y quieran otro cuento más (y otro, y otro…).

Si nuestros pequeños nos hacen preguntas mientras estamos leyendo un cuento infantil, es muy importante parar la lectura y atender a lo que nos preguntan los niños. Si la pregunta o las preguntas tienen que ver con el cuento, la participación activa de los niños es una manera muy enriquecedora de seguir la historia. En otras ocasiones, no preguntan sino que aportan un dato que se acaba de leer en el cuento, lo ponen en relieve, este hecho es característico de los niños cuando están atendiendo. Sin duda, una buena señal.

Al igual que nuestros peques pueden hacer preguntas, los adultos también podemos hacérselas a ellos. De esta manera, les involucramos en el ejercicio lector e incrementamos el valor de la lectura con las preguntas y las respuestas. Del mismo modo, podemos trabajar alguna actitud tanto buena como mala de algún personaje, o cómo podrían haber solucionado algún problema en el cuento, por ejemplo.

 Tras haber contado el relato, se pueden hacer otra serie de actividades divertidas si se quiere, como hacer algún dibujo si les gusta pintar, realizar las figuras del personaje o de los personajes principales con plastilina o alguna pasta para modelar, contar la historia resumida en una mesa de luz y un sinfín de actividades más.

A mi particularmente me gusta mucho que me vuelvan a contar ellos el cuento en otra ocasión, si no saben leer todavía, mejor. Puede ser un ejercicio muy divertido porque muchas veces, termina siendo otra historia distinta, con personajes y escenas añadidas, síntoma de que les ha encantado la historia, el desarrollo de la imaginación está en pleno auge, están mejorando su expresión oral y con todo ello su autoestima. 

Después de todo esto, solo decir que la lectura es una de las actividades más completas para el desarrollo de nuestr@s hij@s. Además, no puede haber algo tan divertido y bonito como compartir estos momentos con los más peques.

 Fuente: Cuentosencantamagicos 

 

La respuesta empática.

Os adjuntamos a continuación un artículo  de Santiago Moll que nos ha parecido de interés para dar a conocer la empatía y su importancia en nuestras relaciones interpersonales:

Hoy vengo a hablarte de la respuesta empática. El artículo de hoy me gustaría que llegara al mayor número de personas posible porque creo que aborda un aspecto fundamental desde el punto de vista de cualquier relación interpersonal. Se trata, concretamente, de cómo respondemos a las personas que nos hablan, qué tipo de respuestas les damos habitualmente. De hecho, me paro a pensar por un momento y creo que este artículo no lo escribo para ti, sino para mí. De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de la importancia que tiene responder a las personas de manera empática. Una manera de contestar que no hace más que acercarte al otro, que no hace más que establecer lazos de unión con las personas que quieres y que te importan. Te aseguro que llevar a la práctica la respuesta empática es más fácil de lo que crees.

¿Qué es la respuesta empática?

Debo confesar que desconozco si existe este término respuesta empática como tal. Lo cierto es que se me ocurrió mientras leía el extraordinario libro de Stephen R. Covey titulado: «Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva». En este libro Covey abordaba la expresión escucha empática. Confieso que el término acuñado por Covey me fascinó desde el principio y es por ello que pensé que tal vez se podría desarrollar un poco más la idea de lo que se entiende por escucha empática. De ahí que se me ocurriera la expresión respuesta empática.
¿Qué entiendo por respuesta empática?

Para mí la respuesta empática tiene una parte mucho más activa que la escucha empática. La respuesta empática está pensada para responder con las palabras más que con el corazón. Es más, la respuesta empática tal y como lo veo es la escucha que genera un diálogo con la persona que tienes al lado y que tiene algo importante que decirte.

Muchas veces se comete el error de creer que una afirmación debe responderse con otra afirmación. Pues bien, la respuesta empática tal y como la planteo está enfocada más hacia las preguntas abiertas que no las sentencias cerradas. Este aspecto me parece fundamental porque implica un cambio muy significativo en la manera que tiene la gente de relacionarse.

Si he dicho anteriormente que la respuesta empática es eminentemente activa, es porque lo que pretende no es ser simpático con el otro, sino ser empático.  Esta diferencia me parece fundamental porque cuando quieres ser simpático simplemente das la razón al otro y acabas la comunicación. En cambio, si eres empático tu finalidad no es dar la razón al otro, tampoco consolarlo. Lo que hace la persona empática es abrir un diálogo y crear opciones. Si la escucha empática se basa más en los sentimientos, la respuesta empática se centra en generar opciones a través de preguntas abiertas. Para que lo entiendas mejor he elaborado esta distinción entre:Respuesta-empática

    Sentencia (columna azul): Consiste en el enunciado que te hace una persona a ti. Este tipo de sentencia puede ser una preocupación, un problema, algo que le ha pasado, un acontecimiento importante…

   Falsa respuesta (columna roja): La falsa respuesta es la que debes evitar si quieres ser una persona empática. Si te fijas en  la columna roja, podrás comprobar los siguientes rasgos:

  • En todo momento hablas de ti y de lo que te pasa
  • Usas la primera persona (YO).
  • No generas diálogo y, por tanto, no generas opciones.
  • No preguntas, sino que respondes con tus propias sentencias. De hecho, podrías haber dicho lo que has dicho sin que la otra persona te hubiera hablado.
  • No demuestras ningún interés por lo que te dice la otra persona.
  • Quieres ser simpático, pero siendo simpático no te estás interesando en absoluto por la otra persona o, al menos, no lo demuestras.
  •  Respuesta empática (columna verde): La respuesta empática es la respuesta que genera opciones porque:
           
  • Se basa en la generación de preguntas abiertas.       
  • Crea opciones.     
  • No busca la simpatía.
  • No se centra en el problema, sino en posibles soluciones. Además, estas soluciones son compartidas.       
  • Demuestra interés hacia lo que le interesa a la otra persona.
  • No ofrece consuelo. Ofrece opciones y en algunos casos ayuda de forma activa (tareas domésticas)

 A modo de conclusión.

Si has leído el artículo, te habrás dado cuenta de que ser una persona empática no requiere de ningún tipo de esfuerzo. Lo que requiere la empatía es tiempo, interés y dedicación hacia el otro. Creo que una de la cualidades que mejor nos define es la capacidad que tenemos de escuchar a los demás. Porque escuchando nos hacemos partícipes de las inquietudes, preocupaciones y anhelos de los demás. Así que espero que esta entrada te haya hecho reflexionar sobre cómo puedes empatizar con las personas y desde ahora mismo practiques con los tuyos, con los que tienes cada día a tu lado y que forman parte esencial de tu vida. Y cuando la practiques, no olvides regalarle a cada una de esas personas a quien quieres la mejor de tus sonrisas.

Fuente:justificaturespuesta.