Juguetes en Navidad

 La sociedad consumista fomenta la compra de juguetes con unas determinadas formas, colores, texturas,… que respondan a los perfiles que se anuncian a través de los medios de comunicación, limitando, a menudo, la posibilidad a los niños y niñas de construcción de sus propios juguetes y de la utilización de sus habilidades en la manipulación y desarrollo de los mismos; muchas veces llegan a poseerlos por el simple hecho de pedirlos y una vez conseguidos dejan de tener interés y en consecuencia de prestarles atención.
Los juguetes reflejan las expectativas de futuro que tiene la persona que lo compra con relación a la que va dirigido el regalo; de la misma forma que tienen las fábricas de juguetes al reproducir actitudes y valores de la comunidad que representa. Es conveniente realizar un reflexión previa a la compra de los juguetes con el fin de que respondan a las espectativas y educación que queremos transmitir:
¿A QUÉ PUEDEN JUGAR CON ÉL?
¿QUÉ APRENDEN CON ESE JUEGO?
¿JUEGA SÓLO O EN COMPAÑÍA DE CUÁNTAS PERSONAS?
¿QUÉ CARACTERÍSTICAS SON NECESARIAS PARA PODER PARTICIPAR EN ESE JUEGO?
¿SIRVE IGUAL PARA LOS CHICOS QUE PARA LAS CHICAS?

 

Plan de acción

Saquemos provecho de la Navidad para educar, entre otras cosas, en el dominio de los deseos y el compartir con los demás, e aquí algunas estrategias prácticas:

    Cuando el niño tiene entre 5 y 6 años, es importante que se le comience a enseñar el manejo del dinero; un uso adecuado y cauteloso.
    Estar en contacto con personas de pocos recursos, para que valore lo que tiene y comparta con los más necesitados. Este siempre será el mejor ejercicio para educar en la solidaridad.
    Compartir con amiguitos, primos, compañeros, etc. Invitarlos a casa a jugar con los juguetes de él. De esta forma aprenderá el desprendimiento y la generosidad.
    Cada que llegue un juguete nuevo a casa, deberá salir uno más viejito para un niño que lo necesite. Así por ejemplo después de Navidad, pueden seleccionar junto con el niño, los juguetes que él desea obsequiar.
    Enseñarles a los pequeños que compartir nos hace felices, pues de nada sirve tener muchos juguetes y no tener con quien jugar.
    Se le debe exigir al niño y a la niña, el buen trato a los juguetes, explicarle el esfuerzo que papá y mamá tuvieron que hacer para podérselo regalar, y por eso es importante que lo cuiden y no lo pierdan.

Para educar bien: algunos principios básicos.

laboratorio 1Nosotros los padres somos los educadores, la escuela o colegio sólo complementan.
1. Educar bien es enseñar a: conocer las propias posibilidades, desear crecer, aceptar nuestras limitaciones y nuestras virtudes de forma sana, es enseñar a vivir.
2. Educar bien es enseñar a adaptarse a todas las situaciones: buenas o malas.
3. Educar no es proporcionar experiencias buenas y asilarle de las malas.  Es ayudarle a aprender de ellas.
4. Para educar bien no existen recetas, se aprende de experiencias concretas y luego se generaliza a nuestra vida cotidiana
5. Educar es una toma de decisiones constante.
6. Nuestras decisiones están muy influidas por cómo hemos sido educados.
7. Ser conscientes de ello ayuda a educar más sensatamente.
8. Educar bien a mi hijo (a), no es compensarle por lo que nosotros no hemos recibido en nuestra niñez. “Los hijos no nacen con tus carencias ni necesidades, no se las crees”.
9. Debo ser consciente de lo que me transmitieron cuando me educaron.
10. Debo educar en el presente con perspectiva de futuro.
11. Una mala actuación ahora se paga con creces en el futuro.
12. No debo angustiarme. Si no puedo, busco ayuda.
13. Para educar bien es necesario tener sentido común.
14. Muchas veces necesitamos una visión objetiva desde fuera.
15. No dudes en pedir orientación educativa aunque el problema parezca pequeño.
16. No existen los superpadres, todo el que te comente que su relación con su hijo es perfecta, puede ser que necesite aparentar o que no quiere ver los problemas.
17. Nada es lo mismo para un hijo que para otro.
18. Educar bien no es buscar las mismas condiciones para todos, sino es dar a cada hijo lo que necesita.  Hacerlo así no es ser injusto, ayuda a los hijos a crecer aceptando la individualidad de cada uno.
19. Educando voy a cometer errores.
20. No hay error que no se enmiende.
21. Puedo rectificar sin perder la autoridad.
22. No importa lo que sucedió en el pasado, si hay problemas hay que “tomar la situación de  inmediato”.
23. Sé positivo.  Dile a tu hijo lo que te gusta y pon un límite a lo que no te gusta.
24. Un niño (a) es una antena parabólica constante. Se entera de todo, lo imita todo. El niño aprende más de lo que ve, que de lo que decimos.
25. El mayor deseo del niño es controlar el entorno.
26. En el entorno también estamos nosotros. Controlar nuestras reacciones le fascinará, incluso aunque sea a costa de que nos enfademos con él o ella.
27. El niño necesita libertad conducida.
28. Si nosotros no ponemos límites a su conducta, lo hará él.
29. Nunca debo mentirle. Si le enfrento a aquellas cosas que no le gustan pero que debe aceptar, le preparo para asumir la realidad.
30. Si le miento lo haré un inmaduro (necesitará que le disfracemos las cosas para aceptarlas) y un inseguro (si no puedo confiar en mis padres ¿en quién puedo confiar?
31. Debo explicarle las cosas (casi siempre) y de forma breve.
32. A veces los niños necesitan un “Porque yo lo digo”.
33. Levantar castigos o encubrir los errores sólo es sobreprotección. Las personas sólo aprendemos de nuestros errores si vivimos las consecuencias de los mismos. Formamos hijos inmaduros incapaces de enfrentarse a la frustración.
34. El mayor deseo de un niño(a) es que papá y mamá estén pendientes de él.
35. La atención que le prestamos es nuestra mejor arma. Quién sabe cómo y cuándo prestar atención a su hijo(a) sabe educar.
Todos estos principios se pueden resumir en el siguiente pensamiento:
1. Sé que puedes.
2. Por eso te enseño y te exijo.
3. Y como sé que te cuesta esfuerzo, te lo reconozco.
Fuentes: CEMAIF Ayuntamiento de Málaga (Adaptación)

¿Me pasas la sal?

Este cortometraje es perfecto para esa combinación difícil de hoy de la familia y la tecnología, creando la necesidad de una comunicación en tiempo real versus el deseo de participar en los medios sociales.

Creado por un escritor y cineasta llamado Matthew Abeler, “pásame la sal” es “un cortometraje acerca de la tecnología y las relaciones … no envíen mensajes en la mesa chicos!”, como dice Matthew. Esta película hilarante ganó el Premio a la Mejor Comedia en el Festival de Cine de Five16 2014, y la gente de todo el mundo se ha identificado con su humor y su mensaje.

¿Me pasas la sal?